
Ahi va: primer cruzada de miradas en la plaza. Nada facil para Rubiola, siempre creyo saberlo todo hasta que se topo con Salvatore. No arranca bien el primer encuentro: ya las miradas son dificiles, punzantes. Salvatore es solitario, demasiado inteligente e ironico. Rubiola lo mira desconcertado.
Rubiola: Fumas?
Salvatore: No, no fumo
Rubiola: venis siempre a esta plaza?
Salvatore: Hace mucho que andas en rueditas?
Asi de mal empiezan las cosas, pero todo cambia. Ambos encuentran la forma de establecer ese dialogo que lleva a la perfeccion, pues son dos mentes agudas que juntas son dinamita.
Rubiola trae los miedos y problemas de su amo Tito, podra Salvatore aportar algo?
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